¿Cómo ayuda la práctica de yoga a los pacientes con cáncer?



El yoga es una técnica milenaria que permite tomar conciencia de nuestro cuerpo y mente. En mi experiencia trabajando con pacientes con cáncer puedo señalar que es una gran herramienta que permite a las personas obtener una mejor calidad de vida, ir más allá de las limitaciones que la enfermedad les pueda conllevar, darse el tiempo de tomar conciencia de su cuerpo, mente y emociones, reconocer el miedo, la ansiedad y permitirse un momento de paz y tranquilidad en su día a día.
El cáncer

La organización mundial de la salud define al cáncer como un término “que designa un amplio grupo de enfermedades que pueden afectar a cualquier parte del organismo”. Además, señala como su principal característica “la multiplicación rápida de células anormales que se extienden más allá de sus límites habituales”. Este proceso se llama “metástasis” y es la principal causa de muerte por cáncer.
En cifras

Según datos de La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, órgano intergubernamental que forma parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se calcula que los casos de cáncer han aumentado un 28% en solo 6 años. Se estima, además, que 1 de cada 5 hombres y 1 de cada 6 mujeres en el mundo desarrollan un tumor a lo largo de su vida.

Por otro lado, de acuerdo a Globocan (base de datos en línea que proporciona cálculos de la incidencia y la mortalidad del cáncer en 185 países para 36 tipos de cáncer): “Europa es el continente que registra más casos de cáncer de todo el mundo, el 23%. América le sigue con un 21%. En África, con casi 500 millones de habitantes más que en Europa, no llegan al 6%. Asia, el continente más poblado, llega a un 48.4 %”.

Para Globocan, una serie de factores podrían estar impulsando este aumento, en particular una población mundial en crecimiento y en envejecimiento, y un aumento en la exposición a factores de riesgo de cáncer relacionados con el desarrollo social y económico, como a continuación se mencionan.
¿Cuáles son los factores de riesgo de la enfermedad?

En general, no es posible especificar por qué unas personas pueden generar cáncer en su vida, sin embargo, para la investigación científica existen ciertos factores que pueden aumentar la posibilidad de que las personas padezcan cáncer. Éstos pueden ser: factores genéticos del paciente o bien factores externos (físicos, químicos y biológicos).

La OMS considera algunos factores de riesgo como:
El consumo de tabaco (causa uno de cada tres tumores en el mundo).
El exceso de peso o la obesidad (es un factor de riesgo como causa de cáncer de colon, estómago).
La poca ingesta de frutas y verduras.
La inactividad física.
El consumo de bebidas alcohólicas.
Infecciones genitales por papilomavirus.
Infecciones por los virus de la hepatitis.
Radiaciones ionizantes y ultravioletas.
Contaminación del aire.
Exposición a químicos.
¿Cómo ayuda el yoga en el proceso de la enfermedad?

El yoga como actividad física y espiritual puede otorgar al paciente recién diagnosticado, en tratamiento o que haya superado la enfermedad una mejor calidad de vida, en la recuperación física, mental y espiritual, sin embargo por ningún motivo debe suplir el tratamiento médico.

El yoga puede ayudar en las distintas etapa de la enfermedad tal como lo veremos más adelante, desde el diagnóstico, tratamiento o su superación.

Para ello es importante buscar ayuda de un profesional calificado especialmente con formación en yoga para personas con cáncer.


Recién diagnosticado

Desde que la persona se encuentra en el proceso de diagnóstico (revisiones y pruebas), un estado de estrés o ansiedad, miedo, o insomnio puede manifestarse. En este caso es importante comenzar con la práctica de yoga para pacientes con cáncer.

Durante el primer proceso:

La práctica de series de yoga, posturas de equilibrio y posturas de pie ayudan a restablecer el equilibrio físico y mental. Las posturas invertidas dan una perspectiva distinta de cómo vemos las cosas y por su puesto ante la situación de recién diagnosticado ayuda a prepararse y ver la vida de otra manera, con más calma y espacio par pensar en el futuro.
El uso de técnicas de respiración y relajación ayudan a reducir el estrés y la ansiedad.
El uso de la meditación ayuda a “parar” la mente, centrarse y estar en el momento presente, y a la vez funciona para actuar en el futuro de una manera serena y sin impulsos.
El uso de la meditación con mantras equilibra los hemisferios cerebrales y ayuda a tranquilizar el diálogo interno.

Después de la cirugía

En el caso de que el paciente haya pasado por una cirugía, por ejemplo en una intervención relacionada al cáncer de mama, los médicos indican al paciente la movilidad de brazo o brazos intervenidos, de esa manera se evitan efectos secundarios como el linfedema (sobrecarga de linfa lo cual hace que el volumen del brazo se exceda) o bien que el brazo quede “congelado” por nulo movimiento. El médico siempre le indicará en qué momento puede comenzar a realizar ejercicio suave a ejercicio moderado o vigoroso.

En este proceso:

Los ejercicios respiratorios, mejor conocidos como “pranyamas”, permiten que la linfa circule con facilidad.
Las posturas de yoga que trabajan la parte superior del cuerpo, actúan directamente sobre el sistema de linfático.
Las posturas que hacen presión en órganos facilitan la renovación de la sangre y por ende el movimiento en la linfa. Esto a su vez ayuda al sistema inmunológico.
Durante el tratamiento

Los tratamientos como quimioterapia y radioterapia pueden causar fatiga, malestares estomacales, caída del cabello o bien problemas de sueño.

Al recibir el tratamiento las personas pueden estar muchas horas en el hospital y esto genera ansiedad, miedo.“Es cuando recomiendo a mis alumnos que es el momento idóneo para meditar y dirigir sus pensamientos de una manera neutral, ver lo positivo en lo negativo; así como dirigir su mente en un mantra para propiciar calma y serenidad”.

En este momento del proceso:
El yoga puede ser una herramienta para minimizar dichos efectos, generando movimiento moderado, usando posturas suaves que permitan dar movilidad al cuerpo de forma paulatina.

El uso de “pranayamas” ayuda a calmar y relajar e inducir el sueño.
El uso de meditaciones y kriyas (series de ejercicios) puede aumentar autoestima.
Las meditaciones ayudan a controlar el dolor y/o tener un actitud positiva ante la situación.
Fin del tratamiento

En este momento los pacientes pueden pasar por distintos procesos, pues se puede generar más ansiedad o miedo, al pasar por una nueva etapa del “fin” de la enfermedad y durante los controles solo esperar las buenas noticias de lo médicos.

Por otro lado, algunas veces los tratamientos médicos pueden causar efectos secundarios a mediano o largo plazo, como la linfedema, entumecimiento de manos o pies, problemas con en los huesos, articulaciones y el tejido blando, problemas de aprendizaje, memoria y atención. Y dificultades emocionales como miedo, culpa, enojo, ansiedad y depresión.

Es muy importante que el paciente con cáncer indique a su médico, en caso de tener uno o más de estos síntomas, para que pueda recibir una atención adecuada, como una fisioterapia especializada ya sea en linfedema, atención psicológica y médica oportuna.

En estos casos:
El yoga con las “posturas o kriyas” ayudan a restaurar todo el cuerpo, puesto que se realizan movimiento con todo el cuerpo. Existen posturas o kriyas que hacen que todos nuestros sistemas se pongan en marcha.
El uso de técnicas de respiración ayudan a oxigenar todo el cuerpo, a todas las células.
Las técnicas de respiración también ayudan a reducir la ansiedad.
La meditación ayuda a tener atención y plena concentración.
El uso de mantras en la meditación aumenta el equilibrio entre los hemisferios cerebrales.
Cantar mantras influye en la función cerebral y endocrina.
Recomendaciones

El yoga es seguro y factible para cualquier proceso de la enfermedad, pero por ningún motivo puede sustituir tratamiento médico. 

Algunas recomendaciones básicas y necesarias son:
Busca un profesional calificado en yoga para personas con cáncer, que tenga experiencia en el trabajo con pacientes con cáncer.

Comienza paulatinamente, con una serie corta. A medida de tu progreso puedes ir aumentando la práctica.
No te quedes mucho tiempo en la misma postura, sobre todo si te apoyas de manos o piernas.
Si asistes a clases regulares de yoga, indica a tu profesor en qué proceso de la enfermedad te encuentras, eso facilitará el qué hacer y no hacer en yoga.
Tu misma o mismo toma conciencia de tu cuerpo y mente y, sé atento a su llamado.

Como ya he mencionado, en cualquier etapa, el paciente con cáncer puede hacer uso de esta técnica milenaria para aprovechar sus beneficios y poder ir más allá de la enfermedad.


Edición: Romina Medina – Profesora de Hatha Yoga Dinámico

Fuente: https://www.relajemos.com/yoga-para-pacientes-con-cancer/
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